Como hemos comentado en otras entradas, la limpieza, la sustitución de lo "rancio" y los detalles son importantísimos a la hora de que sus futuros dueños se enamoren. Una vivienda puede tener un gran potencial, pero si no atrae a primera vista, el cliente no dará lugar a profundizar. En el caso de los alquileres, tres cuartos de lo mismo... Ésta ha tenido muchos novios en este sentido.
Hoy, y sin que sirva de precedente, vamos a empezar por el resultado final.
Os sorprendería saber con que presupuesto se ha decorado éste salón, bueno, como el resto. El secreto radica en recuperar piezas y transformar otras.
En la cocina solo hemos eliminado los trastos y hecho una profundísima limpieza. ¡La roña no vende! y puede marcar la diferencia entre alquilar y vender o comértelo de por vida.
Deshazte de los saneamientos aburridos, adecenta lo deteriorado, pon una mampara... La inversión vale la pena y si buscas bien, no supone tanto.
Aquí, a parte de pintar paredes como en el resto, hemos dado una nueva vida al armario, cabecero y mesilla. Los detalles del perchero-palet y la silla turquesa ponen la guinda.
Dar un vuelta a los dormitorios pasa por vestir las camas, elegir cortinas o estores adecuados y, fallo éste muy recurrente, ¡No dejar la iluminación de tu abuelaaaa!
Y todo lo anterior, aplicado en este precioso dormitorio.
Ahora, ¿Vemos como estaba antes?
¡¡¡¡Así no!!!!
Lo dicho... Reforma y ¡Vende!